Por una sociedad con visión gerontológica 1era parte

Luigui Vidal Rivas

Por años ya, se vienen debatiendo y aprobando leyes o dispositivos legales en favor del adulto mayor, se exponen ideas, se habla de empoderamiento de la persona mayor, aun cuando en muchos casos no se les toma en cuenta, para la toma de decisiones de las políticas públicas. Las organizaciones de adultos mayores y de la sociedad civil, se reúnen con regularidad, a través de sus representantes, en muchos casos se infiltran móviles políticos y surgen actitudes radicales, que terminan dividiendo a quienes deberían estar unidos para alcanzar logros concretos y viables, esto último es recurrente en las organizaciones de personas mayores que se organizan con características o procedencias determinadas, algunos los sin pensión, y otros los pensionistas o jubilados, estos grupos de adultos mayores se originan en intereses distintos y no buscan agendas comunes, generalmente las llamadas asociaciones de adultos mayores no tienen nada que ver con diversas asociaciones de jubilados o pensionistas, no se reúnen, en muchos casos la proliferación de pequeñas organizaciones se dan por pugnas internas o denuncias contra dirigentes, esa subdivisión está claro, que debilita la incidencia política, hay problemas serios de representatividad. Las muy divididas fuerzas de adultos mayores carecen de medios para convocar, la inmensa mayoría de adultos mayores, desconoce a sus llamados representantes, y aquí todavía falta ese liderazgo comunicador, esa preparación en la modernidad y como ocurre en muchos movimientos sociales influyen los celos protagónicos. En el Perú está creciendo la participación de los adultos mayores en ambientes sociales, culturales y recreativos, y algunas organizaciones con motivos regionales o zonales, pero no hay una gran integración, y más bien la participación de los mayores, muchas veces no cumple con el requisito mínimo de la cogestión, como pasa en los C.IA.M en todo el país y una red de adultos mayores creada desde el estado no puede generar confianza, por más que creamos que sea bien intencionada, se presta a una manipulación del gobierno de turno.

Ciertamente grupos sociales, en este caso etario, con intereses diversos, no pueden constituir una fuerza capaz de luchar contra la discriminación, la vulneración de los derechos y contra la mala imagen de la llamada vejez, si no cuenta con importantes aliados en las organizaciones civiles y desde una visión gerontológica, con los sectores más jóvenes involucrados en el proceso de envejecimiento que según científicos se inicia a los 30 años y como algunos gerontólogos afirman “el envejecimiento como un proceso de toda la vida”. Hay mucha discriminación por edad en el país y no es solo a los adultos mayores, se inicia sobre los 35 años con las restricciones laborales, tema que muy poco ha interesado a los legisladores, el adulto mayor enfrenta deficiencias en la atención de salud, barreras arquitectónicas, escaso acceso a la educación, al conocimiento y uso de la tecnología con el consiguiente acceso a la información. Las políticas públicas alcanzan para muy poco, el estado parece tener una visión muy poco ambiciosa,los vicios legalistas y asistencialistas, se imponen, pareciera que solo aspiran a un estado protector, pero no promotor de su empoderamiento, ya que ese empoderamiento es fortalecer también sus herramientas de comunicación, su pleno conocimiento de las leyes, el acceso libre a la información y a la cultura, el no quedarse atrás de los jóvenes.

Luigui Vidal Rivas

Director General de la”Central Informativa del Adulto Mayor”

Coordinador de Prensa de RAFAM PERÚ

Representante de la Central Informativa del Adulto Mayor ante la “Mesa de Trabajo Adulto Mayor”

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